La niñez es una etapa llena de múltiples juegos y un gozo intenso. Esto es la base de un desarrollo adecuado y lo que permite a nuestros niños crecer, ejercitarse y disfrutar de cada momento. Toda niñez está llena de recuerdos maravillosos y momentos compartidos en juegos diferentes como el resorte, la matatena, las canicas, stop, quemados, 1,2,3 por mí, caballito inglés, entre otros. En las fiestas jugábamos a brincar con sacos, andábamos en bicicleta, hacíamos concursos (Recuerdo el de la cuchara en la boca con un limón y las donas colgadas de un listón). La vida consistía en jugar en el recreo, llegar a hacer a tarea y después ir a jugar con los hermanos, amigos o vecinos.
Hoy en día los niños pasan muchas horas en el coche, tienen su horario atiborrado de clases y lo peor de todo es que pasan muchas horas jugando con el teléfono de mamá o en plataformas electrónicas. Juegan juegos de guerras y otras temáticas no positivas, además de que están solos la mayoría del tiempo. El mejor amigo de los niños hoy en día es el iPad o los videojuegos. Esto está causando que nuestros hijos sean más agresivos, poco tolerantes y que se enojen fácilmente, ya que está forjando en ellos la cultura de la satisfacción inmediata, haciéndolos menos creativos. Además las actividades que realizan son más pasivas y esto no ayuda a su óptimo desarrollo.
Es muy importante que logremos avanzar y utilizar la tecnología, pero a veces el abuso de la tecnología nos puede hacer daño. Hay que buscar un equilibrio entre los juegos de antes y la tecnología. Para fomentar ambas cosas es importante dar a nuestros hijos el tiempo y espacio para jugar, limitar el tiempo y el uso de los aparatos electrónicos, supervisando su uso en todo momento. También es muy importante dosificar la edad en la que nuestros hijos comienzan a utilizar estos aparatos. Fomentemos en nuestros hijos actividades creativas, divertidas y con movimiento.
Hay que enseñar a nuestros niños los juegos que nosotros jugábamos en nuestra infancia. Sugerirles a ellos y a sus amigos juegos de grupo, donde todos puedan ejercitarse y divertirse. En las fiestas de cumpleaños podemos incluir estos juegos o también en sus vacaciones. Recuerda que para que tus hijos te sigan hay que modelar, ser el ejemplo, ya que los niños copian mucho de lo que nosotros hacemos.
Para terminar les voy a contar una anécdota; un niño que conozco tenía mucha dificultad tanto en la escuela como en la casa para controlar sus impulsos. Podía hacer todo tipo de cosas; colgarse de la cortina, pegarle a sus compañeros, romper las cosas. Además siempre platicaba sobre videojuegos, tenía una habilidad nula para concentrarse y siempre tenía reportes de la escuela. En un punto pacté con su mamá que debía guardarle todos los aparatos electrónicos durante un mes. Los cambios fueron increíbles. Al no tener los aparatos y enseñarle juegos empezó a disfrutar a jugar con los hermanos, a no estar aburrido y dejó de ser impulsivo. Incuso la maestra preguntó que había cambiado para que el niño lograra ese cambio, ya que empezó a estar más contento en la clase, cumplir mejor con las tareas y a comportarse mejor con sus compañeros. Este es sólo un ejemplo del daño que podemos hacer a nuestros hijos si no controlamos sus tiempos de jugar con aparatos electrónicos.
Es momento de buscar y crear un balance en la vida de nuestros niños, así que ¡a jugar!.
