Meditar es llegar a nuestro interior y conectar con nuestro ser interno, con lo más profundo de nosotros, nuestro corazón. Una forma diferente y divertida de lograrlo es por medio de una actividad simple pero profunda; pintar mandalas.
Cuando pintamos mandalas nuestra atención se centra en la figura, las elecciones de color que hacemos, en el sentido en el que pintamos. Esto poco a poco nos permite comenzar a sentir inconscientemente y pensar en ello; nos da atención y foco, sensación, ideas, emociones y pensamientos importantes. Todo esto surge gracias a nuestra concentración y nos abre un magnífico espacio de conexión con nuestro yo interno.
Si un niño pinta mandalas logra generar periodos de atención más prolongados y profundos, lo cual lo ayuda a mejorar sus habilidades de aprendizaje. Además de esto, pintar mandalas ayudará a bajar sus niveles de estrés y lo ayudará a vivir en el momento presente, disfrutar, enfocarse, conectarse consigo mismo, ser más asertivo y consciente.
En nuestro día a día el estrés y la sobre-conexión son un factor que a todos nos afecta. Los aparatos electrónicos, las redes sociales, la mercadotecnia y la ola de información que nos llega continuamente y cada vez en mayor volumen nos causan desconexión con nuestro ser y afectan nuestra habilidad de concentración, consciencia en el presente y goce de cada momento.
Lo más importante es aprender a tomarnos el tiempo de disfrutar y vivir el momento.
Puedes probar implementar la actividad de pintar mandalas tanto en tu vida como en la de tus hijos y observar las sensaciones, cambios y beneficios que genera en sus vidas. Especialmente para los adultos esta puede ser un tiempo que les permita conectarse con su “niño” interno y fortalecerlo, algo que el pasar de los años hace que sea cada vez menos frecuente.
Personalmente me encanta dedicar mi tiempo a pintar mandalas, conforme me van surgiendo ideas las anoto a los lados de mi mandala y reflexiono sobre ellas. Saber por qué surgieron me permite trabajar en mí, ya que surgen de mi conexión personal con mi ser interior, con mi corazón.
La actividad de pintar mandalas se puede realizar de dos formas:
1. Comenzar por la parte externa hasta llegar al centro
2. Desde el centro hacia afuera
Ambas formas de pintar mandalas representan algo muy profundo; la primera es nuestro camino hacia el interior. La segunda tiene que ver con cómo entramos a nuestro interior para sacarlo hacia afuera. Personalmente me gusta ir desde el centro hacia la periferia; esta es la manera en la que mejor conecto conmigo misma y me permite generar reflexiones más profundas. Por ejemplo, una de las reflexiones que me surgió durante este proceso fue: “todos los matices son importantes”. Intento de poner en práctica estas reflexiones día con día.
Enseñemos a nuestros hijos y a nosotros mismos a meditar de esta forma tan maravillosa, a lograr estar más presentes y vivir una vida más tranquila, con más paz y tranquilidad.
Namaste!
En los próximos artículos veremos el significado de los colores que utilices en tus mandalas.
