¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que hace que nuestros hijos crezcan y maduren en los periodos de vacaciones? Está es una pregunta que yo me hago cada periodo vacacional y que seguramente también la habrán pensado ustedes. La respuesta es muy simple; en vacaciones los niños dejan el estrés del día a día atrás, las tareas agobiantes, los horarios apretados con clases todo el día, y todas las actividades que tienen. Esto les permite hacer actividades con mayor libertad; comer, jugar, descansar, divertirse y convivir con la naturaleza, permitiéndoles experimentar y ser más felices.
La pregunta real es ¿por qué tienen que esperar a las vacaciones para hacer esto? Podríamos darles a nuestros hijos una ventana de libertad día con día, en la que puedan sentirse descansados y a la vez estimulados. Simplemente con ir por un helado, dar un paseo en el parque, andar en bicicleta, o simplemente comer tranquilamente, sin correr. Incluso dormir temprano o hacer tarea con calma, disfrutando el proceso, incluso haciéndolo divertido. Si logramos hacer esto con constancia, nuestros hijos serán más felices.
El secreto para ser felices es lograr conectar cada día con lo que hay dentro de nosotros. Esto no podemos hacerlo si estamos corriendo todo el tiempo, si no nos damos un espacio para pensar, o en el caso de los niños para jugar y explorar. Eso es realmente lo que ayuda a fomentar el desarrollo adecuado de nuestros hijos, y también de cualquier persona.
Al estimular a nuestros niños y disfrutarlos al máximo, al darles cada día algo nuevo y maravilloso, pasar tiempo con ellos, otorgarles el gran regalo de la libertad, podemos disfrutar el hoy y al mismo tiempo sembrar el mañana. ¡Haz de cada momento algo maravilloso para tus hijos y recuerda siempre disfrutar con ellos!
